martes, 15 de enero de 2013

Los hornos imperiales

A principios de la Dinastía Ming, Jingdezhen se convertiría en el centro principal de producción de porcelana china; después de que los hornos cerámicos imperiales fuesen trasladados allí.

La existencia de grandes depósitos cercanos de caolín (arcilla blanca) y feldespato (mineral contentivo de aluminio y sílice); así como su situación en el río Yangtzé que facilitaba el transporte de las piezas por vía fluvial; hizo de esta región un enclave relevante.

Los procesos de elaboración que se seguían estaban cuidados al detalle, prueba de ello es que se utilizaban líneas de producción específicas en función de cada diseño en donde cada pieza pasaba por varias manos. Un artesano trazaba la primera línea de color por debajo del borde, otro dibujaba la decoración y un tercero la pintaba. Los artistas estaban especializados, en montañas y agua, en pájaros y animales, y demás. Lo mismo sucedía con los gofrados, grabados, calados y otros tratamientos. Antes de la cocción, las piezas podían haber pasado por las manos de hasta setenta especialistas.

Con el desarrollo de nuevas técnicas durante los Yuan, Ming y Qing, el orden de los procesos podía cambiar, dependiendo también del estilo. En los jarrones azul y blancos, el azul subvítreo se añadía primero antes de cocerlos a altas temperaturas, mientras que los jarrones de la familia rosa se pintaban después de una primera cocción a temperatura relativamente baja.




No hay comentarios:

Publicar un comentario